La misión de un anunciante de marca es cultivar un sinnúmero de creyentes y crear una gran afinidad por un producto o servicio. Cuando los comercializadores de marca evalúan el éxito de una campaña publicitaria, los resultados a menudo se miden en términos que reflejan sus objetivos para crear conciencia, comunicar una promesa de marca o una propuesta de valor y dar forma al sentimiento positivo.
Crear conciencia y moldear el sentimiento son condiciones importantes y necesarias para que los consumidores realicen una compra final. Sin embargo, la “conciencia” y el “sentimiento” son amplios y pueden ser ilusorios, difíciles de rastrear y cuantificar. Este desafío no es nada nuevo para los especialistas en marketing de marca, pero las prácticas convencionales de publicidad de marca perduran porque funcionan, y todos disfrutamos de una potente narración que resuena en nuestros corazones y mentes.
Sin embargo, considere esto: en la era de los dispositivos móviles y la presencia de una marca omnicanal donde los compradores realizan una transición fluida entre las visitas en línea, móviles y en la tienda, existe otro enfoque de la publicidad que puede ser igualmente valioso para las marcas: el rendimiento marketing.
El marketing de rendimiento móvil permite a los profesionales del marketing lograr KPI específicos, como la retención y el valor de por vida de un cliente, al impulsar y medir distintos tipos de acciones. Está la acción obvia: conseguir que el público descargue la aplicación de marca. Yendo un paso más allá, vincular el rendimiento de la campaña móvil a acciones específicas generadoras de ingresos como hacer una compra, visitar un nivel o área dentro de la aplicación, canjear un cupón, completar un formulario o regresar a la aplicación dentro de un período de tiempo determinado, son también es posible. Los anunciantes solo pagan cuando se completa una acción específica.